"La inmorlidad es una idea deseable, hasta que caes en la cuenta de que la tienes que vivir solo."
sábado, 3 de diciembre de 2011
Mi primer amor
No sabia donde decir, mencionar o gritarlo, pues el fue mi primer amor; y a decir verdad todavia lo es, es que no pude verlo sin imaginar todo lo que pasamos.
Y para ser sinceros, aun siento que el error mas grande de mi vida, fue a verlo dejado ir, pues aun siento que lo amo, aun recuerdo esos maravillosos días a su lado..
Hoy lo vi & fue que todo mi mundo se derrumba a sus pies, pero habia algo que me impedia saltar a sus brazos, tal vez era el temor, que con el pasar de los año el no sintiera lo mismo, tube miedo, fui cobarde en ese entonces y ahora lo sigo siendo.
El es mi vida, mi luz, quiza en algun universo paralelo mi alma gemela...
lunes, 7 de noviembre de 2011
Se empiezan a cerrar ciclos...
En estas fechas me empieza a entrar una repentina deprecion...
Ya saben por la fechas, tan llenas de nostalgia y pasar con los seres queridos, aunque debo confesar que es la primera vez que las paso casi sola, esto de estar en la distancia no me parece tan bueno, como lo soñaba antes y menos el vivir sola.
Al parecer tenia una falsa imagen de todo lo que soñe que haria, pero no me quejo, estoy estudiando algo que amo, que en la mayoria de las veces requiere la mayor parte del tiempo; pero volviendo a la fechas, ya se nos fue un año mas, muy rapido debo reconocerlo, apenas ayer me veia en la Prepa tramquila de la vida y al otro me encuentro pensando en examenes finales de la universidad.
Ah sido un año muy bueno debo confesarlo, me he llenado de amigos de todas formas de pensar, y ahora por aca he encontrado, algunos tantos como yo, que son poetas de corazon, mi gusto por la lectura ah gozado, al poder encontrar en cada cuadra una buena libreria y cientos de libros de donde escojer, mi estomago, ah probado mucha grasa (recuerdenme de proposito de año nuevo, ir al gym).
Y bueno estamos en mi epoco favorita: Otoño! Oh yeah bby! Amo el otoño, las hojas caer por la tarde, los hermosos atardeceres que nos brinda, esas tardes sentada en la azotea, con una donas y un cafe, mientras se lee un libro, no las cambiaria por nada...
Asi, es cuando me doy cuenta que tengo, que empezar a cerrar ciclos, para no dejar nada pendiente, mi extraña obsecion, de ser extremedamente sincera en estas epocas...
"Otoño y mariposas
te han venido a buscar
borrarte la memoria
vuelan tan lejos"
dejando el invierno detrás
sábado, 5 de noviembre de 2011
Noches de Soledad
A esa hora cuando todas las cosas han reposo,
O solo vigilante de los cielos,
¿Oyes el viento de la noche y los suspiros
de las arpas jugando al amor a no cerrar
las puertas pálido del amanecer?
Cuando todas las cosas reposo, que por sí solos
despierto para escuchar las arpas dulce juego
al amor antes que él en su camino,
y el viento de la noche en la antífona de respuesta
y la noche es interminable?
Jugar, arpas invisibles, al amor,
cuya forma está en el cielo radiante
a esa hora, cuando las luces suaves van y vienen,
jueves, 27 de octubre de 2011
Yo quiero viajar...
Para quienes no corremos riesgos –es decir, para todos aquellos que no abandonaremos las casas de nuestros padres para irnos a una reserva ecológica- los encuentros de escritores se han vuelto nuestra única posibilidad de aventura. Los coloquios sobre literatura han motivado en más de una ocasión nuestros escapes. Pendiente nuestro destino del comité de selección de una maestría, hemos cambiado el arte de la fuga por una burocracia del nomadismo.
En esas circunstancias no sorprende que los encuentros de escritores parezcan tan atractivos. Todo encuentro supone un viaje pagado (por eso yo nunca muevo ni un dedo para que se organicen en mis lugares de residencia) y también contempla todas esas cosas que no haríamos en nuestras propias ciudades: comer sin desembolsar un quinto, convivir con desconocidos, hablar de literatura. Como en los experimentos nucleares, la colisión entre autores puede ocasionar una materia nueva, provechosa y reveladora; no obstante, la mayoría de las veces -al igual que en las pruebas de los aceleradores de partículas- se obtienen ideas que duran apenas un segundo con vida.
Nada más deprimente que cumplir los programas de los encuentros. Son itinerarios que concentran discusiones en teatros centenarios sobre temas igualmente centenarios. Es inútil seguirlos, y cada año los escritores han hecho bien en transgredirlos, en salirse antes, servirse café y galletitas a todas horas, saltarse mesas, o quedarse en cama después de una borrachera que pudo haberles costado la vida. Lo único rescatable de los encuentros es la posibilidad de embarcarse en una ciudad ajena con el riesgo que supone tener que hacerlo junto a otros escritores (que es como intentar leer un libro donde todo mundo tiene algo que comentar).